
2.Anoche, una vuelta por el barrio del paseo Bulnes. Calle Tarapacá, Lord Cochrane, Alonso de Ovalle. La noche, a veces, lo mejora todo. Una zona de la ciudad especialmente insoportable de ver y recorrer; pero de noche los detalles se anulan; uno sólo ve sombras y perfiles. Se respiraba una quietud extraña; siempre es extraña esa quietud urbana (y tóxica). ¿Qué se cuece? ¿Qué se esconde y espera su momento? El cielo enrojecido. De modo que no era otra cosa que la lluvia en ciernes. Cayeron unas cuantas gotas, pero no hubo tormenta.
3.Un largo recorrido para llegar a casa. Es domingo y es de mañana. El domingo debiera ser de limpieza; así por lo menos lo imagino hoy. Caminar una gran distancia tiene que ver con eso. Mientras ando me cambio. En el músculo habita la capacidad transformadora; porque hay que irse, moverse, aunque sea para volver enseguida. Hay que aprender a marcharse (Nietzsche dixit).