· Lázaro de Renca · derrenca@gmail.com · modificado en Tumblr ·

3 de agosto de 2010

Sopa portuguesa

Seguimos en Lisboa. El viaje desmenuzado, a veces causa directa de un reflujo mental. Los pulmones van mal; y se camina todo el día, subiendo y bajando colinas. De vez en cuando una sopa, preferiblemente de legumes. En praça da Figueira, un garito bullicioso y sucio, donde se come de pie. El ambiente sigue siendo porteño; Lisboa toda lo conserva: promiscuidad y dureza. En la zona del mercado, los cabarets mantienen sus nombres de capitales nórdicas. El yodo daña el material más rápidamente, y se nota. La madera, el concreto, el metal, todo acusa la lenta erosión del ambiente salino. También se les mete por los poros a los habitantes; pero no entremos a especular qué efectos produce. Produce, sin más, lo que es la ciudad misma. En dirección al parque da Fonte Luminosa, doblamos casi sin darnos cuenta a la derecha, buscando un estanco de tabaco. Entramos en el barrio africano, por calle Zaire o Mozambique. Caminamos y hablamos con entusiasmo, un poco idos. En la esquina distinguimos un bar; al acercarnos, vamos descubriendo un mundo. Callamos. Enfrente hay una multitud en algarabía, comenzando o acabando una fiesta; pero viven la fiesta en plena calle. Nos detenemos. En eso, un tipo me busca y me encuentra con la mirada. Está al otro lado de la calle. Me ofrece con una seña inequívoca su material, que no sé qué es, pero algo imagino. Le digo a Anna que es mejor dar media vuelta; ella vuelve a la conversación interrumpida. De la mano o abrazados dejamos África. Volvemos –lo pienso ahora; estoy seguro y lo veo- a Paula Rego, a la que recién Anna me había descubierto.