· Lázaro de Renca · derrenca@gmail.com · modificado en Tumblr ·

2 de diciembre de 2010

El cliché negado

Este párrafo en El País, sobre lo que el periodista piensa que es Latinoamérica:

Un territorio de promesas que lucha contra los estereotipos. Eso es América Latina. Una región que vive en la paradoja, porque mientras sus gobiernos y la economía han llevado al continente a situaciones decepcionantes o vergonzosas, la cultura y sus diferentes manifestaciones se han convertido en su bálsamo y motivo de orgullo para sus pobladores. Su creación artística mira de igual a igual al resto de obras del mundo”.

Vayamos por parte. Un territorio de promesas. Para partir un chiste barato, que hace referencia directa a ese cliché tan odioso: el continente como un puñado de maravillas no cumplidas. Lo mismo para África o la India; puras promesas en vano. Lucha contra los estereotipos. La palabra Lucha, muy adecuada al tópico sesentero; pero es que además el periodista dice que esa lucha es contra los estereotipos. Oxímoron. Eso es América Latina. En una frase da el asunto por zanjado. Una región que vive en la paradoja. Si aceptamos que la paradoja es una situación de contradicción, de fuerzas en choque, debemos asumir que es una situación perfectamente humana, aplicable, y no es poco, al mundo entero. Pero el autor argumenta que dicha paradoja es por esto: mientras sus gobiernos y la economía han llevado al continente a situaciones decepcionantes o vergonzosas, la cultura y sus diferentes manifestaciones se han convertido en su bálsamo y motivo de orgullo para sus pobladores. Es decir, la mala administración política y económica del continente nos caracteriza; eso, si no pensamos en África ni en la mayor parte de Asia, donde la situación es igual o peor incluso. Pero para el autor la cultura nos salva; habla de bálsamo y motivo de orgullo. Y para rematar, el autor echa mano de otro querido cliché: nos trata de pobladores. Condescencia lapidaria. Es decir, somos pobres, vivimos aterrorizados por dictadores, pero tenemos una cultura floreciente y rica, que nos abalsama la vida y nos llena de orgullo... sobre todo porque somos ¡pobladores! Su creación artística mira de igual a igual al resto de obras del mundo. Ahí radica el orgullo, según el periodista; porque nuestra cultura (las obras artísticas) se paran en igualdad de condiciones a las del resto del mundo, incluido África y Asia, por supuesto. El problema es que el autor no da ningún dato fiable que argumente su afirmación. Y cierra el prárrafo con un tufo a orgullo, pero un orgullo propio por ser tan comprensible con la región, tan cargado de buenas intenciones, que no le cabe en su propio corazón tanta megalomanía.