· Lázaro de Renca · derrenca@gmail.com · modificado en Tumblr ·

21 de mayo de 2010

El trazo humano de Jenny Saville


Siguiendo el hilo de mi fascinación por el trabajo del pintor Lucian Freud, una amiga me dio a conocer hace ya algunos años el de Jenny Saville (Cambridge, 1970). Sé escasamente de pintura; algunos nombres, algunas visitas a museos importantes, algunas preferencias e inclinaciones. Así que mi acercamiento es puramente visceral. Jenny Saville trabaja con el cuerpo humano, lo retrata de un modo que a veces resulta ser una intervención quirúrgica y otras una autopsia. Los rostros acumulan grumos de oleo, como si se tratasen de grumos de grasa o sangre coagulada, que ensombrecen o iluminan caras no complacientes ni saneadas, más bien rostros nerviosos, descompuestos. El componente animal resulta evidente. Quizá es lo que lo hace especialmente atractivo. El trabajo de Saville ronda una especie de animalidad angustiada; son seres que han atravesado caminos tortuosos, de automutilación y autodestrucción, de la misma manera que lo hizo Francis Bacon. Pero no voy a hablar de influencias. Me remito a lo visto.