· Lázaro de Renca · derrenca@gmail.com · modificado en Tumblr ·

26 de mayo de 2010

Una ciudad en negro

En Santiago sólo es posible ver la cordillera de Los Andes después de una jornada intensa de lluvias. La visibilidad sólo dura uno o dos días; luego, vuelve la normalidad de ambientes densos e híper contaminados. La percepción visual también cuenta, porque aunque los medidores de la calidad del aire dispuestos por el Estado chileno digan lo contrario, vivir en el margen de “regular” no puede ser otra cosa que terrible.

A las 10 de esta mañana, laConama informaba lo siguiente (índice dePM10):Cerro Navia, 120; Quilicura, 96; La Paz, 96.

Tomo como ejemplo estas tres estaciones de monitoreo, ubicadas en la zona norponiente de la ciudad, que forman algo así como un triángulo. Es una zona residencial con fuerte presencia de industria con altos niveles de emisiones nocivas. El PM10 mide el nivel de pequeñas partículas contaminantes, ya sea de polvo, hollín o cenizas, entre otras.

Yo me encuentro en Renca, en el corazón de las tres estaciones del triángulo; es decir que mi calidad de aire es en promedio, sólo, regular. En ningún caso es normal; pero lo regular ha pasado a ocupar ese sitio. Hablamos de una situación catalogada de regular que se repite año tras año, durante toda una vida. Hay algo que falla.

Entiendo que si las autoridades decidieran bajar los niveles de medición causarían alarma en la población (o quizá no; ya estamos habituados), al tener que decretar casi a diario emergencias ambientales. Pero la realidad así lo recomienda. Los medidores están obsoletos, y nos seguimos intoxicando a diario.

Todo este asunto técnico de mediciones y niveles es necesario estudiarlo para comprender otra cosa: que, en definitiva, esta ciudad, Santiago, por el momento no tiene vuelta; es invivible e irrespirable. Desde que tengo uso de razón ha sido así. Todavía estamos en otoño; a medida que el invierno se vaya asentando, la situación se irá volviendo más crítica; el frío hace que las partículas se concentren todavía más. Losefectos dañinos en la salud son a largo plazo, pero también a corto; los servicios de urgencia se saturan con pacientes con problemas respiratorios. Y cuando el invierno pasa, vuelve la falsa normalidad de la primavera soleada y florida; nos olvidamos del pasado reciente de intoxicación; y así hasta el invierno siguiente.