· Lázaro de Renca · derrenca@gmail.com · modificado en Tumblr ·

15 de septiembre de 2010

Lo suficiente

Vuelvo al viaje a propósito de esto. Fue en Lisboa donde vi y vimos muchas de aquellas entrevistas de Joaquín Soler Serrano. El instituto Cervantes de calle Santa Marta, bien aperado, tenía la colección completa. Ver y oír hablar a escritores leídos y admirados ayuda mucho a aclarar la película. Recuerdo, por ejemplo, a un Cortázar extremadamente cursi y latero; a un Borges apacible y demasiado modesto; a un Pla anciano, atolondrado y descreído, un solitario pleno. Y cómo no al mismo Soler Serrano, a quien no conocía para nada. Un señor antiguo, de modales antiguos, alambicados, haciendo un tipo de televisión que hoy ya no existe, una televisión donde las personas conversaban. Ni más ni menos. Ya era invierno en Lisboa; nunca he visto llover tanto. La humedad, ahora lo veo claro, nos hizo enmohecer un poco.

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Mientras preparaba el domingo un post ampliando mi ya confesada francofilia, sucede que muere él, un grande, medio o pequeño incluso, no importa, del cine francés. Un campesino francés afincado en París para hablar de la provincia y los provincianos como él. Llamado Claude Chabrol. Vi muchas cosas malísimas de Chabrol, fue lo primero que se me vino a la mente. Y sin embargo está “La ceremonia”. Está Isabelle Huppert en cualquiera de sus interpretaciones. Y está la provincia, desde luego. De todas las cosas que leí a modo de obituario me quedé con una que viene a decir que Chabrol hizo lo que hizo porque, por sobre todo, detestaba a sus paisanos. Imposible de otro modo. Puro sentido común. El buen retratista siempre goza de esa buena (¡y extraña!) salud que consiste en la abominación suficiente. Chabrol en ese sentido era un vigoroso, que además se reía mucho.

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Reitero: el único 18 posible es el 18 del asceta. Aunque agrego: todo está por verse. Veremos.